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El pasado primero de noviembre fue el día del vigilante a nivel mundial. Ese día como muchos otros una mirada noble y cierta sabiduría se escondía tras los lentes de Temistocles Rojas, el portero de un conjunto residencial de la ciudad de Barranquilla. Él es uno de los 3500 vigilantes privados existentes en la puerta de oro de Colombia. Hace 47 años llego a este mundo y hace 29 vela de por la vida de otras personas. Nació y paso su niñez en Plato Magdalena. De ese lugar solo recuerda los juegos de niño que existían en ese entonces. “ Me acuerdo de pasarla jugando fútbol, bolita uñita, y trompo con los pelaos de allá”.

En el año 76, cuando era un adolescente, su vida tomó un cambio rotundo. Ya la noche no era noche y el día no era día, ya las personas que le rodeaban no eran sus vecinos, ahora eran soldados. A los que cuidaría cada vez que prestase la guardia en el Batallón de Cartago, Valle, durante el servicio militar en el que estuvo por dos años. “Al principio fue difícil adaptarse, pero después fue como estar en Click aquí

Luego de dejar las armas, los camuflados, y el monte, paso de usar el uniforme de distintas empresas de seguridad, cuidar el dinero Bancos, o las pertenencias de turistas en hoteles. Entre turnos, noches y días pasaron por su vida, con la seguridad del deber cumplido. En 1994 la vida lo llevó al conjunto residencial en el que trabaja hoy y Aunque suene extraño, este portero, ex militar, y guardia de tantos lugares, cuenta nunca haber disparado su arma en contra de alguien. Esas armas destinadas a sus manos a proteger la vida de tantas personas, nunca han sido disparadas mas allá de un entrenamiento.

Temistocles cuenta con cierta frescura y normalidad no haber estado en algunos de los cumpleaños más importantes de su familia, y también haber pasado por lo menos 6 años nuevos seguidos en la garita del conjunto. Aunque la mayoría de las personas perciban el año nuevo como una gran fiesta. Para el solo es un día mas “pa mi es un día normal de trabajo, como cualquier otro”. Mas allá de hacer un turno, o cuidar la seguridad de tantas personas día a día, el amor por su familia es lo primero, lleva 16 al lado de Leidis Esther, su esposa y tiene dos niños: Jesús David, y Shirli Patricia, los cuales junto a su compañera, son la luz de su existencia.

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